Por Ubaldo Cuadrado García de Arboleya portavoz de Nofumadores.org
La Real Fábrica de Tabacos de Sevilla alberga desde hace años el Rectorado y tres facultades de la Universidad, pero más de 250 años después de que empezara su actividad, no consigue sacudirse su vinculación con el cigarrillo, la primera causa de mortalidad evitable en el mundo. Es 14 de mayo, mediodía, la temperatura alcanza los 34 grados y bajo las sombreadas arcadas del patio de la fuente, el humo se acumula en cuanto los alumnos salen de clase.
Cientos de colillas que no se limpiaron se acumulan a los pies de los bancos donde se sientan los estudiantes a encender un cigarro. En una guerra que gana siempre la nicotina, los carteles de prohibido batallan -ignorados-con unos ceniceros que mandan el mensaje de que fumar está permitido.
El artículo 7d de la Ley del Tabaco 42/2010 prohíbe fumar en los centros universitarios, accesos y las aceras circundantes incluídas. En el Rectorado ninguno de los patios interiores puede considerarse espacio abiertos -ahí sí está permitido-y están, además, señalizados, pero eso no impide que se fume a diario y fuera de la ley desde hace 13 años. Alumnos, profesores y Personal de Administración y Servicios (PAS) inhalan un producto que mata cada día 166 hombres y 40 mujeres.
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2019-05-24 La Real Fábrica de fumadores (articulo de opinión)